martes, 28 de julio de 2009

ευχαριστώ πολύ, Erasmo

Estoy de vuelta.

He decidido que este no va a ser un post triste y traumático, ni de resumen ni de valoración de experiencias. Bueno, un poco sí, pero sólo un poco.
También he decidido que de momento no voy a cerrar el blog, porque si bien no voy a seguir escribiendo, puede que algún día me apetezca hacer esto que ahora mismo no: un balance de lo que fue aquello, el 'erasmus'.

Llegué a Barcelona el lunes pasado, desde donde cogí un bus que en 7 horitas de nada me dejó en San Sebastián. Ese era mi remate (remate!! juas) particular al erasmus. Allí me esperaban Peru y Haiz, mis dos amigos donostiarras, dos de las personas más importantes que he conocido en el erasmus, y que se han convertido en dos de mis mejores amigos. Ya he hablado de vez en cuando de ellos por aquí.
Donosti... una pasada, me he enamorado de esa ciudad. Los que ya hayáis estado, sabéis de qué hablo, y los que no, si tenéis la oportunidad de ir algún día, no os lo penséis. El paseo marítimo, el barrio Viejo, la Isla, la playa de la Concha, el Kursaal, el Antiguo, los pintxos, los zurritos... Estos dos me habían preparado 5 días intensivos de planes sin parar. Yo venía de un viaje de 20 días por las islas griegas, durmiendo y duchándonos en la playa como mendigos, y en principio me apetecía un poco de relax, pero finalmente fue genial, incluyendo conciertos gratis en la playa de Vetusta Morla y Russian Red y visita a "les Pays Basques" (Biarritz es precioso).

El sábado, después de otras 7 horas de autobús, llegué a Madrid. Mi hermana hizo de compinche y fue a buscarme junto con su novio para traerme a casa, donde le di a mi madre la sorpresa de su vida al presentarme 1 día antes de lo que le había dicho.
Lo mismo hice con Miriam, Carola y compañía esa misma tarde, cuando me presenté en su casa ataviado con camiseta de El Cosmonauta (www.elcosmonauta.es, conviértete en productor de una peli desde sólo 2 € :P).

Poco más que contar, ciertamente. Están siendo días extraños, todavía estoy aterrizando. Parece que aún no me he dado cuenta de que el erasmus ha acabado tras 10 meses en Grecia, y de que aquello no va a volver. Pero estoy bien, francamente bien. Creo que es por eso, porque aún no lo he asumido. Supongo que según vayan pasando los días y vaya entrando en conciencia de que esto va a ser así por un tiempo muuuy largo, y de que todo aquí en Madrid ha cambiado tantísimo, me irá entrando la depresión post-erasmus, el síndrome, la morriña, el 'cualquier tiempo pasado fue mejor', los siete males y la melancolía, todo junto o progresivamente, ya veré.