martes, 17 de febrero de 2009

Pirámide

Peru: Haiz, un café?
Mario: Sara y yo estamos pensando en una cervecita…

10 de Febrero. Yo (Sara) tenía ganas de salir. Mario estaba dubitativo. Peru y Haiz hacían café. Nidhi ya estaba de jolgorio, Niels (el amigo belga de Nidhi) también se iba de jolgorio.
Cuando ya empecé a darme cuenta de que no íbamos a salir, en mi mente tracé un plan
alternativo: jugar en casa a la pirámide. La pirámide es un juego para beber rápido y mucho.
Empecé por convencer a Mario. Ya le conocéis, cayó a la primera. Lo que creía que iba a ser realmente difícil era convencer a Peru y a Haiz, que ya estaban haciendo su cafelito.

Sara: Ey, ey, ey! Qué hacéis? De café nada. Aquí se juega a una pirámide hoy. Por mis _______ que se juega!
Haiz: Venga va. Una pirámide.
Sara: Niels, y tu quieres jugar una pirámide?
Niels: ☺!!

Al final no fue una pirámide, si no que fueron 3. Niels se largaba de fiesta totalmente sobrio. Es belga, la cerveza parecía no afectarle.
Peru se quedó con una carta en la mano, y Mario estaba convencidísimo de que sabía cual era la carta que tenía, por lo que decidieron apostar que si Mario le adivinaba la carta Peru se comía un trozo de papel higiénico con limón. Si Mario no la adivinaba, se lo comería el. Así que Peru se comió el papel.
Haiz completamente animada, nos incitaba a jugar otra pirámide más. Pero Peru lo tuvo clarísimo:

Peru: No, no… Porqué no jugamos un strip póker?
Sara: Jooooder, a eso no que yo no sé jugar.
Todos: jajajajaja. Pero si es igual que el póker pero perdiendo ropa!
Sara: Ahhh! Vale, vale. Entonces sí.

Las reglas eran que nos pusiésemos 10 prendas encima cada uno de más, 2 prendas que no podíamos quitarnos y apostábamos prenda cada vez que queríamos subir la apuesta.
El que ganaba la partida, ganaba todas las prendas que los demás habían apostado y tenía que ponérselas todas encima. Los perdedores, perdían ropa y pasaban frío como capullos.
Nos atrezamos. Entre las mejores prendas de cada uno estaba Peru con paraguas y mochila, Haiz con pelucón afro, 2 pares de gafas y un reposa-cuellos, Mario con cinturón de tachuelas al cuello, guante de cuero y camiseta del Alteti y yo con peluca David Bowie, gafas graduadas de Mario y mis zapatillas del número 37…jejejeje!


Comienza el juego! Todos asados de calor nos volvemos locos apostando, subiendo prendas, nadie se raja. La silla acumula un montón de prendas importante para el perdedor... Peru! El, que inventó las reglas del juego, perdió como las 3 primeras rondas seguidas. Apostó y apostó hasta dejarnos a Mario y a mí sin ropa. Solo bragazas, sujetador y gayumbos. Así que para recuperar prendas tuvimos que hacer prueba.
Imaginaos a dos borrachos en pelotas cantando en la calle descompasados dos canciones distintas… “Asturias patria querida” y “Ator, Ator”. Pues eso hicimos.
Seguimos jugando hasta dejar también sin ropa a Haiz. Peru el cabrón acabó con más ropa al final de la partida que yo al comienzo del juego. Debía llevar como 25 prendas de más. Cito unas cuantas. Mis dos zapatillas del nº 37, mochila, paraguas, 3 pares de gafas, cascos, boina, unas bragas en la cabeza, un colador como sombrero, un guante de cuero, un chaleco, un cinturón de tachuelas… Apuntar también que Mario acabó con mi camiseta, que ajustaba perfectamente a las líneas de su cuerpo; y que yo acabé con su camiseta del Atleti, con la que parecía el auténtico “Mono Burgos”.
Vuelvo a no entender porqué, pero Mario y Peru volvieron con sus apuestas absurdas. En la mesa quedaba un cacho de folio con las reglas del póker, un mejillón y un barquillo. Así que los chicos se lo repartieron. Mario se comió las reglas del póker aderezadas con salsa de soja. Peru se bebió 2 chupitos de puré de mejillón con barquillo.

Entrando en esta parte de la historia tengo ciertas lagunas. Creo que yo hice un amago de irme a la cama porque estaba super bolinga. Y también creo que Mario vino a pintarme la cara con las pinturas de carnaval. Luego creo que a Peru y Haiz les pareció
gracioso y también ellos cogieron pinturas. Creo que no iba tan pedo como Dani el día que le pintamos la cara, así que me debí levantar para coger algo para también luchar. Creo que lo que cogí fue pasta de dientes. Creo recordar que nos pusimos a luchar en el baño, en la habitación, en la cocina. Creo que a Mario le pintaron los pelos de las piernas de amarillo. Creo que Mario entró en la cocina y tiró el colchón (que creo que estábamos usando como puerta) y cayó encima de todos los platos sin romper nada, milagrosamente. Y luego creo recordar que salió de la habitación el vecino griego de Mario a echarnos la bronca por estar haciendo eso a las 4 de la mañana. Creo haberme escondido detrás del marco de una puerta porque estaba segura de que desde ahí no me vería. Creo que Mario se hizo el dormido en la cocina, ya que estaba tirado en el colchón. Si no hubiese fotos creería que todo esto fue un sueño



Texto por Sarah S. Porras.

jueves, 12 de febrero de 2009

Eidrian's experience

De pronto me veo debutando en la parte del autor cuando siempre miro desde abajo, desde la figura del crítico y me veo abrumado por tanta responsabilidad. Por si no lo tenia suficientemente madurado ya, ahora se que nunca escribiré un blog.
Para seguir con el tono jovial del blog me gustaría aportar mi pequeña anécdota sin pretender dotarme de una importancia que quiero obtener ni mucho menos ser la estrella en el concierto de otro. Advertir que tal vez el contenido aquí descrito no esta manipulado y es un hecho real.
Inoportunamente me encontraba yo en la cocina, casualmente desayunado, disertando tal vez de política interior griega, tal vez de que nos íbamos a poner "to' tranchete" en la fiesta de cumpleaños de Cheryl de esa misma noche, cuando, bien por el portal del STARGATE, bien por la puerta de la cocina, entró un individuo digamos, carismático, con gran parecido al monstruo de Amstetten, al que podríamos llamarle, por ejemplo, "El tío camuñas". A nadie pareció extrañarle que ese individuo paseara por la cocina a sus anchas sin pertenecer al computo global de personas de la casa. Tampoco que se pusiera a hablar en su idioma natal y que contase la misma historia una y otra vez, que bien podría ser sobre la fricción del Chopped de pavo con el pan Bimbo sin corteza que yo no me empapara de una sola palabra.
Según las indicaciones de Mario, estaba contando algo sobre la guerra. Todo el mundo permanecía inmóvil, obviando al vetusto individuo, que parecía estar en consonancia con los que allí estábamos sin entender una mierda. A mi lado, concentrado en comenzar de nuevo su historia, mirándome, esperando mi aprobación mientras que yo, con mi cara hecha un poema intentaba descifrar el surrealismo de dicho cuadro flamenco. Al parecer el tipo es un vecino del bloque, que esta un poco "tocado", y no por la mano de dios, que se dedica a entrar en casa ajena cuando ve la puerta abierta y dotarse del don de la palabra ante la atónita mirada del demos *.
Lo más enriquecedor del momento fue cuando Mario, intentando mediar entre el tío Camuñas y yo, que estaba empezando a perder los estribos ya que los presentes estaban a su rollo y solo se dirigía a mi (Sara meandose de la risa como es habitual en ella, Peru de pie, desayunando, Dani, tal vez sintiéndose identificado con él y Edu estudiando psicológicamente al individuo, siendo prudente, como es habitual en él) le dice las cuatro palabras que se sabe en griego, y me avisa que después de que me acabe de contar la batalla seguramente me vaya a golpear en el brazo en tono de buen rollo. Evidentemente mi reacción fue levantarme, salir por la terraza y encerrarme en la habitación donde ya se encontraba Dani que había conseguido escapar de sus fauces casi desde el inicio.
Lo dicho, genio y figura. El caso es que cuando decidió que había adoctrinado a las juventudes socialistas allí presentes se fue de nuevo a casa o quien sabe que aventuras le depararían al este hercúleo Souflakis heleno.
THIS IS PATRAS
*En Griego, pueblo.

Aprovecho para dar las gracias a Mario por ser un gran anfitrión y servirnos de guía espiritual en Atenas y por querernos incondicionalmente y por tener el pelo jabalí y por enseñarnos a decir !una pita, parakalo! y por decir siempre e independiente de la situación "joder, Sara" y por...
¡¡Se os echa de menos judíos!!


Texto por Adrian Dantley.

sábado, 7 de febrero de 2009

Borracho y loco

Sara: Con lo que nos ha costado traerle hasta casa... se merecía que le pintásemos al son de borracho y loco.
Hijo de una hiena!

Edu no quiere escribir.

Dani no puede escribir (motivos a continuación).

Tengo pintado un bigote difuso en la cara. Tengo las manos manchadas de diferentes colores de pinturas.
Dani está roncando. Edu tira de la cisterna. Nidhi ha dejado de dar golpes en la pared para que nos callemos. Sara se ha despertado y se ha empezado a descojonar de cuando estaba lavándose los dientes y me ha escuchado gritar desde la habitación: "que no puedo moverle!! que tiene mi pijama debajo!! que es como mover a un muerto!!".

Os dejo con Dani: