martes, 18 de noviembre de 2008

No-castillos

Sábado 8: Por la tarde me dirigí a la estación de autobuses de Patras. Para variar, cogí el autobús de las 18.30 por los pelos. Después de 3 horas de viaje llegué a Atenas y cogí otro autobús que me llevó al aeropuerto, donde por fin recogí a Miriam. Qué ilusión!
Fuimos al centro mientras hacíamos un repaso general a la actualidad madrileña, y me comí una cosa con queso en la plaza de Syntagma. Como era tarde y estábamos cansados, decidimos irnos al hotel. Para ello cogimos un taxi cuyo conductor sigo convencido de que estaba borracho, que nos timó 3 o 4 euros dando vueltas porque “no sabía” dónde estaba el hotel, y que por el camino nos dio consejos de lo más útiles como: “en esta plaza hay mucha heroína, no vengáis”, “cuando sea de noche en Atenas, lo mejor que podéis hacer es iros a casa” o “tened cuidado con las carteras y pasaportes, que hay muchos ladrones”. Un primer contacto con la ciudad de lo más amable.
Ya en el hotel, nos metieron en una pocilga con la excusa de que nos cambiarían a nuestra habitación a la mañana siguiente. Nos dedicamos a decorar las paredes de la habitación durante una hora con la sangre del interior de unos 12 mosquitos, y nos fuimos a la cama. Aun así sobrevivió alguno que dio por culo durante la noche.
Atenas prometía.

Domingo 9: Nos levantamos tempranito, sobre las 11 de la mañana, para que nos diese tiempo a hacer muchas cosas a lo largo del día… Llegamos a Monastiraki a eso de las 13h en un taxi, esta vez conducido por un viejito entrañable con un buen inglés que al decirle que éramos españoles la primera referencia que nos hizo fue “Tejero, pum, pum, pum!”. Después estuvimos hablando de nuestra reina y de su exiliada familia.
Monastiraki mola. Es como el Rastro hace muchos años, con antigüedades realmente antiguas que sustituyen a los puestos de venta de cd’s y ropa interior barata, todo esto combinado con tiendas de ropa super modernas, puestos de pitas y tiendas de bicicletas y monopatines. Esta mezcla le da un aspecto de lo más pintoresco a la zona.
Por allí comimos una pita y decidimos que ya que estábamos en Atenas, por qué no subir a la Acrópolis. Nos pusimos en marcha subiendo pesadas cuestas y siguiendo indicaciones pintadas en las paredes con pintura roja… hasta a un punto muerto en el que una verja no te permitía el paso. Llegamos a la conclusión de que las pintadas habían sido hechas por los lugareños para que visitásemos sus tiendas y una iglesia que había al final.
Tras dar media vuelta y bordear de nuevo toda la cima, por fin llegamos a la puerta de la Acrópolis. Normalmente hay que pagar 12 euros, pero nosotros nos colamos hábilmente sin ser vistos por una puerta de unos 6 metros de envergadura por la que entraban y salían decenas de personas, lo cual nos dio una gran alegría.
A la salida vimos un gran cartel que decía “FREE ENTRANCE” que nos hizo caer en la cuenta de la estupidez de creer que nos habíamos colado.
No daré demasiados detalles, simplemente decir que el Partenón es otro de esos monumentos que por mil veces que hayas visto en la tele o en fotos, cuando lo tienes delante impresiona como si fuese la primera vez que lo tienes delante de tus ojos.
Sólo espero que lo podáis comprobar por vosotros mismos alguna vez en vuestra vida.
Eso sí, la maldición de los andamios me sigue persiguiendo, ya que está en proceso de restauración (motivo por el cual suponemos que no había que pagar).
Cuando bajamos, como no habíamos preparado el viaje una mierda y no sabíamos dónde ir, volvimos de compras a Monastiraki, que es lo que conocíamos. A Miriam le daba igual y yo sé que voy a volver varias veces a Atenas este año, así que Plaka y el centro lo dejaremos para otra ocasión.
Después de cenar en el McDonalds e intentar pillar un taxi durante media hora, al fin llegamos al hotel a las 19h aprox. Desde entonces hasta las 23h o 24h nos dedicamos a ver la MTV metidos en la cama, incluyendo programas como “My Super Sweet 16”, videos musicales y “South Park”, todo ello subtitulado en griego.
Un día bien aprovechado, sí señor.

Lunes 10: Nos levantamos a la misma hora del día anterior, dejamos las maletas en recepción y volvimos a ir a… Monastiraki. De compras. Yeah.
Volvimos a comer una pita, como ya era tradición, y creo que entre unas cosas y otras cogimos el bus a Patras sobre las 16h. Resultó ser express y a las 18h ya estábamos en mi ciudad. Directamente a mi habitación, y si no me falla la memoria nos pusimos a ver “How I met your fuckin motha, motha fucka”.

Martes 11: ¿Qué hicimos el martes? Empiezo a preguntarme si ha sido buena idea intentar resumir la semana día a día. No recuerdo qué hicimos, pero voy a intentar hacer un esfuerzo nemotécnico introspectivo… vamos, que me lo voy a inventar a partir de recuerdos sueltos, esperando acertar.
Puede que el martes nos levantásemos tarde, a eso de las tantas. Puede que comiésemos en casa, aunque igualmente puede que fuésemos al centro y comiésemos una pita. De haber ido al centro, no sé para qué podría haber sido… Ah, no! Ahora me acuerdo, el martes tenía un meeting con un profe y Miriam me esperó en casa como una buena esposa (esposa-amiga, respect). Cuando volví… puede que viésemos más HIMYM.
Puede que este día Miriam conociese a Peru y Haiz en uno de los cafés chulos que hay en mi barrio (de esto estoy casi seguro), y que jugásemos al Black Jack, perdiendo yo 1 euro que creo que Miriam se quedó en forma de monedas de 1 y 2 céntimos.

Miércoles 12: Definitivamente no ha sido buena idea esto del esquema por días, así que iré a lo importante: por la noche salimos de fiesta total. Primero fuimos a casa de Peru y Haiz de barbacoa. En el patio con abrigos, pero la cena estaba de puta madre. Después de eso nos metimos a casa a jugar al ya famoso juego de borrachos “pigeon”, que en España lo traduciremos como “palomo” y en el que se bebe de lo lindo. Otra cosa que voy a importar desde el extranjero es el txirrisklás: lo beben en el País Vasco y es una mezcla de vodka, coca-cola y limón natural que entra peligrosamente bien.
Con Carlos el portugués acechando a Miriam nos fuimos para el centro todos juntos. Siendo miércoles y con una invitada, no podíamos acabar en otro lugar sino en el Steps.
Demasiada cerveza mezclada con el alcohol ya ingerido desembocó en situaciones de lo más cómicas y/o desagradables. Se acabaron subiendo por parejas a bailar a la barra del local (previa petición de permiso, eso sí) todos excepto Peru y yo. Sí, Miriam fue la reina de la noche, zorreando como nadie en la barra, como ya imaginaréis.
Para que os hagáis una idea de lo surrealista de la situación, es como si unos putos erasmus borrachos llegan al Independance y se suben a bailar Franz Ferdinand y Justice a la jodida barra. Es que me da hasta vergüenza volver…
Entre tanto Carlos y Andy acosaban a todas las lugareñas y Miriam y yo nos hacíamos videos cantando borrachos para enseñároslos después en plan “nos acordamos mucho de vosotros con esta canción”, pero dan tanta lástima que jamás verán la luz.
Tras la ingesta de una fabulosa crepe de chocolate con pistachos, le dijimos a un taxi: “tassssi, lléveme a Zarouhleika, pofavó”, y afortunadamente no nos dijo que no, porque aquí no venden churros, así que nos fuimos a dormir la mona.

Jueves 13: Yo me levanté por la mañana, y Miriam se quedó esperándome. Como se aburría, decidió vomitar el alcohol de la noche anterior en una bolsa de plástico.
No sé si fue este día, pero me la pela. El caso es que un día indeterminado de la semana, por ejemplo el jueves, fuimos a Nafpaktos, un pueblo que hay cruzando el Golfo de Corinto. Tiene un puerto muy bonito, y un castillo medieval en la cima de una montaña.
Miriam se puso de mal humor porque una vez allí, no le apetecía subir la montaña y se quería quedar tomando un café abajo (ya sabéis), pero como es lo puto único para lo que habíamos ido, al final la convencí. Nos pusimos a subir. Y seguimos subiendo. Vimos un cartel que ponía “CASTILLO” y seguimos subiendo por una carretera. La carretera subía, y nosotros por ella. Estábamos hasta la polla de subir. Coches nos adelantaban, subían, y al ratito bajaban. Subimos un poco más. Pero por fin llegamos! Vimos la muralla. Vimos la puerta. Vimos la puerta cerrada. Me cago en la virgeeeeeen!!
Por eso los coches subían y bajaban. Y nosotros hicimos lo mismo.
Por la noche creo que no hicimos nada, sólo ver más HIMYM.

Viernes 14: Supongo que tuve otra reunión en la uni. O no. El caso es que por la tarde-noche nos fuimos a cenar a un chino Cheryl, Nidhi, Peru, Haiz, Miriam y yo. Mi primer chinorris en Patras! No estuvo nada mal la comida, además de que la decoración era bastante bonita. Y barato, no tanto como en Madrid, pero por 8 euros cenamos muy bien y todos menos Miriam robaron palillos chinos muy chulos.
Después de eso nos fuimos a las escaleras a beber txirrisklás, y como no teníamos un escurridor de pasta, tuvimos que jugar a otros juegos de borrachos que no fuesen pigeon. Ese rato estuvo guay. Después llegaron los de Small Estia y también estuvo muy bien hasta que nos quisimos ir de las escaleras, que tuve una conversación malrollera y para el olvido con Miriam. Yo ebrio, ella no. I apologize.
Después de solucionarlo y de que la tormenta de la peli esa en la que Clooney hace de pescador azotase Patras durante una hora y media, nos dimos cuenta de que nos íbamos a mojar de todas formas y de que eran ya las tantas, así que nos fuimos a casa en taxi.

Sábado 15: Entre unas cosas y otras, nos fuimos de casa a las 14h. El propósito del día era hacer algo de turismo por Patras, pero cuando quisimos llegar al castillo eran cerca de las 16h… y estaba cerrado. Putos castillos, no sé qué tienen contra nosotros. El viaje de las no-visitas a castillos. Que le den a los castillos griegos, cuando quiera ver castillos me voy a ir al Loira y a tomar por culo.
Estuvimos haciendo el moñas un rato ante la puerta cerrada, un par de videos chorras y tal. Un tío gordo de unos 30 años llegó con su moto, la aparcó, nos miró extrañado y se fue. Al rato vimos llegar al mismo tío gordo a pie… y nos ofreció en inglés 6 mandarinas y unas olivitas de su huerto, diciendo que no se veían muchos turistas por allí y que ya que habíamos subido hasta allí y estaba cerrado, era lo menos que podía hacer. Al principio desconfiamos… pero vimos que simplemente era la hospitalidad griega. El tío nos dio las gracias y se fue. Y esto en una ciudad de 200.000 habitantes, no te quiero ya ni contar en un pueblecillo…
Bajamos de allí y nos fuimos a tomar un café a Agiou Nikolaou, la calle más pintoresca de Patras.
Por la noche vimos los últimos episodios de HIMYM, para variar. Una temporada entera nos hemos clavao.

Domingo 16: Simplemente, fuimos a Atenas. Se tardan unas 4 horas desde que sales de casa hasta que llegas hasta el aeropuerto de Atenas, así que no hicimos nada más que eso, un fastidio.
La despedida… triste, pero sabiendo que nos veremos dentro de poco más de un mes.
Gracias por ser la primera en venir, Miriam. Han sido unos días fantásticos.
Llegué alrededor de las 21h a mi casa. Cenamos en casa una movida belga que había hecho Nidhi, que la verdad es que estaba buenísima, y nos fuimos al concierto de flamenco que esa noche habían organizado Ángel, Roty y su manager Antonio en Big Estia.
No os podéis imaginar cómo toca la guitarra Ángel, y como canta Rocío. Fue la ostia, aunque se nos fue un poco de las manos y entre polacos y checos se hicieron con la fiesta. Yo estaba demasiado cansado y un poco de bajón, por motivos que no vienen al caso, así que me limité a hacer unas fotillos y me fui a casa con Cheryl, Peru y Haiz.

Lunes 17: Nacional Day en Grecia… fucking boring. Me levanté como a las 13h, desayuné y me puse con el ordenador. Descargué las fotos de la noche anterior y me puse a retocar unas cuantas a ver si podía sacar algo decente. Seguí retocando fotos hasta las 18h de la tarde más o menos. Decidí sustituir las fotos un rato por gmail, facebook y demás mierdas, todo esto alternando la cama con el escritorio (quien dice escritorio dice mesa de playa de plástico). A las 20h o por ahí me puse a retocar un rato más mientras escuchaba Alta Fidelidad de Lori Meyers unas 12 veces seguidas. Me encanta el contador de reproducciones del iTunes, mira tú qué gilipollez. Y me encantan que el autocorrector del Word me haya sustituido “iTtunes” por “atunes”. Mira, lo ha vuelto a hacer. A las 21.30 pensé que podía terminar de ver Funny Games, película que me perturbó muchísimo. Mientras, cené jamón serrano y queso a bocaos, esto metido en la cama. Después de una hora youporn, decidí castigar un rato más mi columna vertebral en la cama viéndome un episodio de True Blood y 3 o 4 de Nip/Tuck. Siendo ya cerca de las 3 de la mañana, pensé que era tarde para ver otro episodio, y ya en unas posiciones totalmente inverosímiles para paliar lo más posible mi dolor de espalda, me puse a leer cierto blog de una golfa veneziana que escribe jodidamente bien y que llevaba con cierto retraso, hasta las 4.30 de la mañana, hora en la que pensé que debía poner fin a semejante día de ajetreo y frenética actividad.

Martes 18: hasta ahora, un calco del día de ayer. Viva el erasmus.
A lo mejor me pongo a barrer ahora. Qué limpito soy.

6 comentarios:

Daniel M. dijo...

jajajaja
tu erasmus se empieza a parecer peligrosamente al mio.
solo que yo solo he cogido un taxi en esta ciudad. y no pagué yo.

Mario dijo...

Eso es porque en tu ciudad los taxis no son más baratos que el autobús, y porque en mi ciudad si vas en bici te juegas la vida.

Alvaro dijo...

Madre mia...


Joer, yo quiero ver el Partenon, pero sin andamios!!

Jay L. dijo...

No-castillo.....Anda que....

Adrian Dantley dijo...

El juego del Palomo, jajaja. Al Luisen le vendria de perlas, me tengo que empapar más detenidamente de en que consta ese magnífico juego de beber.

"tassssi, lléveme a Zarouhleika, pofavó", jajajaa !Qué bueno¡
En todo viaje es necesario hacer una referencia a ese mitico día, que por desgracia no viví!

Moriangray dijo...

Definitivamente... Podría escribir un post con todas las cosas que se te han olvidado contar!

Ha sido un viaje increible, creo que la fiesta en el Steps será recordada durante muchos años, gracias por acogerme en tu hogar aunque esté lleno de lagartijas.