domingo, 21 de diciembre de 2008

Odisea

17.00 – Acabo de escribir en el post anterior y me doy cuenta de que es demasiado tarde para ir a la compra, así que decido afeitarme y ducharme, poniéndome como límite 15 minutos para ambas cosas, ya que he quedado con Carlos (el portugués) a las 18.30 y aún no he hecho la maleta.
17.30 – Salgo de la ducha y comienzo a vestirme al ritmo de Justice, que siempre me da vidilla.
17.31 – Decido que tengo tiempo de sobra para ir al supermercado y hacer la maleta en el tiempo que me queda. Mi límite son las 18h.
17.45 – Llego al Kronos, habiendo pasado ya por el banco para sacar el dinero del alquiler y 50 euros más que le debo a Carlos de la noche anterior.
18.00 – Sobre la bocina recojo mi Visa Electron no válida para ese supermercado, y me toca pagar en metálico un apetitoso surtido de productos griegos para familia y amigos (con el dinero que he sacado anteriormente).
18.04 – Estoy a punto de morir atropellado en Patras por enésima vez en 3 meses en uno de los segurísimos puntos sin acera que separan mi casa de cualquier lugar del mundo.
18.10 – Llego a mi casa. Nunca me había fijado en que tengo que atravesar 4 puertas diferentes con 4 cerraduras y sus respectivas llaves antes de entrar a mi habitación. Esto cuesta mucho más hacerlo cargado de bolsas que mamao y borracho hasta las cejacas.
18.15 – Después de dejar las bolsas y mear, me doy cuenta de que tengo 15 minutos para hacer las maletas (no sé de qué os sorprendéis).
18.25 – Al intentar envolver un bote de yogur griego de 1 kg, me hago un profundo tajo en el dedo índice derecho con el interior roto y cortante del rollo de celo. Esto creo que es difícil de entender, pero así es como sucedió. Ahora me duele al escribir.
18.30 – Tengo la maleta a medio hacer y el dedo sangrante. Lo que no tengo son tiritas. Hace 10 minutos que Carlos me ha llamado para saber cómo iba, y le he dicho que estaría a tiempo.
18.45 – Termino de meter a presión el último calzoncillo y cierro la maleta como puedo. Después de eso me doy cuenta de que me he dejado el disco duro fuera. Me cago en la virgeeeeeen!!
18.50 – Carlos me vuelve a llamar y me dice que ya viene con el taxi. Yo le digo que le llevo esperando 20 minutos y me decía que su número de teléfono no existía. Me voy sin pagar el alquiler de diciembre porque no me ha dado tiempo. Dejo el dinero encima de la cama por si lo quieren.
19.15 – Llegamos a la estación de buses de Patras, y cogemos nuestro autobús con destino Atenas.
21.05 – El conductor nos manda callar porque la gente quiere dormir y estamos hablando en español y muy alto. Nos hace el típico gesto de reducir el volumen con la mano. Manda cojones.
22.30 – Llegamos a Atenas y nos comemos unos sándwiches calentitos. No sabréis lo que significa comerse un buen sándwich hasta que vengáis a verme. Mira que guay, parece que la RAE ha aceptado la palabra sándwich porque el Word me ha puesto la tilde y no me la ha subrayado de rojo. En cambio “guay” no le mola.
00.00 – Nos conectamos a internet y el aeropuerto de Atenas hackea mi mac, poniéndome como página de inicio de firefox y safari la del aeropuerto. Sólo nos deja 45 min. de conexión gratuita, que dedicamos a ver videos de las fiestas del pueblo de Carlos en youtube. Todos del revés están.
00.45 – Cago, no vaya a ser que después lo pase mal en el avión. Cojo papel para los mocos, que será importante más adelante.
01.00 – Emotiva despedida con Carlos. Él se queda, su avión sale a las 7 a.m. Pringauuu! Iré a las fiestas de su pueblo algún día.
01.15 – Paso el control de seguridad más cutre desde que fui a Marruecos. Ahí no se quita el cinturón ni los anillos ni dios.
02.30 – Comienza el embarque, así que embarco. Ya podían inventar otra palabra que signifique “subirse a un jodido avión”. No haré sugerencias porque las que se me ocurren dan pena.
03.05 – El avión despega con una puntualidad sorprendente. Un punto para Vueling.
03.06 – En el asiento de delante puedo leer unos carteles que dicen: “Chaleco salvavidas delante de tu asiento” y “Por favor abróchate el cinturón mientras permaneces sentado”. Soy bastante transigente con el tema del lenguaje, pero me gusta que en ciertas ocasiones, por respeto y eso, me traten de usted, no sé si me entendéis. Lo de tutearte en una aerolínea no me convence. Esto unido a las instrucciones de la azafata, que dice “…ten cuidao al abrir el chaleco…” hace que Vueling pierda el punto.
03.10 – El gordo que se me ha sentado al lado comienza a ser francamente molesto. Tiene el brazo izquierdo en cabestrillo y lleva un guante chunguísimo en la mano, creo que es una quemadura. El caso es que el hijoputa ocupa demasiado y encima mete el codo en mi espacio vital. Opto por ponerme MGMT e intentar dormitar un poco, aunque sus ronquidos audibles por encima del nivel de mi música me despiertan frecuentemente.
Hora indefinida nº 1 – Como nunca llevo reloj de muñeca sino que dependo del móvil, he perdido la noción del tiempo y no sé qué hora es. Tengo la garganta echa polvo y necesito agua. Afortunadamente el comandante Ambrosio (me pareció muy gracioso) anuncia que ya estamos llegando.
Hora indefinida nº 2 – No sé si conocéis el video de youtube del aplauso más triste de la historia. El caso es que al aterrizar, en plena madrugada, algún/a gilipollas debe pensar que ha sobrevivido a esa aterradora y peligrosísima experiencia que es volar, y decide que una buena forma de celebrarlo es aplaudiendo. Por supuesto se queda completamente sólo/a en sus 3 ridículas palmadas de mierda.
Hora indefinida nº 3 - Cómo odio que la gente se levante antes de que se apague el piloto del cinturón de seguridad. Aún tengo la esperanza de que algún día el avión se mueva y se vayan todos a tomar por culo. Creo que estoy de mal humor. No he dormido mucho.
Hora indefinida nº 4 – Ya estoy en Barcelona. Enciendo mi móvil y pone que son las 6 de la mañana, como la diferencia con España es de 1h, significa que aquí son las 7. Mi vuelo a Madrid salía a las 7.05… Me cago en la ostia puta de Vueling por tardar 2 horas más de lo que decían en internet y le pregunto a una azafata sobre qué puedo hacer, y me responde que son las 5 de la mañana. Llevo haciendo el cálculo de GMT+2 tres meses y quedo como un subnormal en el mejor momento.
5.30 – Ya recogidas mis maletas me dispongo a facturar de nuevo con dirección Barajas. El imbécil de facturación me dice que mi maleta tiene un exceso de 2 kg y medio. “Ya lo sé, gilipollas, pero tus incompetentes compañeros griegos de Vueling no me han dicho nada” – le digo amablemente. “Paga 16 putos euros por exceso de peso o saca tus converse, tus vaqueros y cualquier otra mierda más de tu maleta y métela en la de mano” – me dice con una sonrisa gay. Así lo hago, no se puede discutir con la autoridad.
5.35 – Me voy con mi equipaje de mano, mis converse, mis vaqueros, una caja de gominolas griegas y mi cazadora a un rincón, a ver cómo cojones meto todo en mi petadísima maleta.
5.45 – Lo consigo, aunque temo por la cremallera y mi equipaje de mano pesa alrededor de 15 kg.
5.46 – En el rincón hay un globo gigante que dice “Wi-Fi”, así que saco mi mac para hacerme el guay. Una página de inicio rara me dice que introduzca mi número de tarjeta de crédito si quiero conectarme. Digo algún insulto en voz bajita y pienso que un griego reaccionaría con un par de cócteles molotov bien tirados, pero como soy civilizado me pongo a escribir la primera parte de esta mierda de blog.
05.52 – Estornudo y se me sale cierta cantidad de moco por la nariz. Me limpio disimuladamente con la mano y no levanto la mirada por si acaso alguien me estaba mirando. Afortunadamente tenía papel higiénico ateniense.
06.15 – Me doy cuenta de que en mi billete pone que se empieza a embarcar a las 06.30 y aún no he pasado el control de seguridad del aeropuerto ni nada. Mantengo una lucha encarnizada con mi maleta para volver a meter el mac y me dirijo a toda prisa hacia ese cuerpo de seguridad del Estado que tanto echaba de menos: la Guardia Civil.
06.30 – A pasar de haberme quitado el cinturón y no llevar absolutamente nada de metal encima, el arco pita, así que un señor con guantes me hace una inspección a fondo, incluyendo un acercamiento dactilar por el interior de mi pantalón, incómodamente próximo a mi zona púbica.
06.35 – Evidentemente aún no ha comenzado el embarque.
06.36 – Escucho mis dos primeras conversaciones en español y me dan ganas de arrancarme las orejas. A veces es mejor no entender nada de lo que se dice a tu alrededor.
06.40 – Comienza el embarque, pero la cosa va de atrás adelante. Yo tengo la fila 9, así que me toca esperar sentado.
07.00 – Cuando me dirijo a mi asiento me doy cuenta de que detrás hay un bebé. No me malinterpretéis, me encantan los bebés, pero creo que deberían estar prohibidos en los aviones.
07.01 – El bebé comienza a llorar, lógicamente, y ya no parará hasta llegar a Madrid. Rivers Cuomo acude a mi rescate con sus melodías.
08.00 – La puntualidad de Vueling es asombrosa, llegamos a casa.
08.15 – Mientras espero a la maleta echo un vistazo a un folleto de AENA sobre seguridad aérea y me río mucho leyendo que no se pueden llevar dentro del avión ni ballestas ni catapultas (verídico, tengo el folleto). No sé qué voy a hacer con mi catapulta medieval cuando la quiera traer de Patras… sabía que no debía haberla comprado, maldita sea.
08.30 – Después de recoger la maleta me reúno con mi madre y mi hermana que han venido a buscarme. Mi hermana se salta un cordón de seguridad para darme un abrazo, avergonzándome, pero me pongo muy contento al verlas y abrazarlas. Mi madre llora un poquito.
08.40 – Qué frío hace en Madrid, me cago en la ostia.
09.00 – Llegamos a casa, qué pequeña es! Mi madre baja a comprar churros y porras y engordo medio kilo.
09.30 – Me acuesto hasta la hora de comer en la cama de mis padres.
14.00 – Me cuesta un horror despertarme, no soy capaz de moverme.
14.15 – Me meto entre pecho y espalda un cocido madrileño preparado por mi madre extremeña, con chorizo y morcilla incluidos. Engordo otro medio kilo.
14.40 – Miro la tele en mi idioma por primera vez en 3 meses y echo de menos a Manolo Lama y Manu Carreño porque es domingo y están los otros dos payasos.
15.00 – Deshago un poco de mi maleta. Me doy cuenta de que se me ha olvidado el ratón del ordenador en Patras, me cago en la virgeeeeeen!! No podré retocar ni una foto en todas las Navidades, viva.
17.25 - Después de haber perdido el tiempo un rato, publico nuevo post.

5 comentarios:

Jay L. dijo...

¡¡¡Has vuelto!!! ¡¡¡Sano y salvo!!!
Si tienes un hueco en tu agenda, avísame. Tengo unas ganas terribles de verte. Love.

Daniel M. dijo...

que dices chaval, en Madrid hace un calor que flipas...

Jay L. dijo...

El mejor regalo de Navidad.

Un abrazo, primo.

Sara dijo...

Ya me he actualizado con el blog. Por fin!Lo mejor de este post:

"05.52 – Estornudo y se me sale cierta cantidad de moco por la nariz. Me limpio disimuladamente con la mano y no levanto la mirada por si acaso alguien me estaba mirando. Afortunadamente tenía papel higiénico ateniense"

Te echaba de menos y en nada te vuelves a pirar...cabronías!

Adrian Dantley dijo...

Justice siempre te da vidilla para acelerarte cuando dejas las cosas para ultima hora, como buen español. Y que de menos tienes que echar la cocina tipical por alli